Capítulo 06: Dos Besitos
- El Señor

- 9 nov
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Actualizado: hace 6 días

—Repasemos el plan una vez más —dijo Fiona.
Koi contestó recitando palabra por palabra como un alumno aplicado:
—Vos y yo subimos por los ductos de ventilación. Vemos si hay señales de mi hermano o sus amigos y tratamos de buscar pistas para descubrir su plan —ahora miró a Rust, quien ya estaba distraído, y con un gesto lo invitó a continuar el repaso.
—Nosotros nos quedamos acá abajo sin hacer nada para cubrir la retirada por si hay una complicación. Divertidísima nuestra parte —dijo Rust visiblemente disconforme.
Fiona —que era experta en idear planes— se sintió satisfecha. Baal tomó la palabra:
—¿Por qué no puedo subir con ustedes? —preguntó.
—Porque sos demasiado grande —contestó Fiona.
—¿Y yo? —retrucó Rust.
—Porque sos demasiado chico. Y basta con las preguntas, el plan es este y se acabó —sentenció Fiona—. Vamos, mi amor —tomó a Koi de la mano y encararon hacia el ducto de salida. Antes de subir lo miró fijo y le dio un beso en la boca.
Baal y Rust se quedaron en la alcantarilla cruzados de brazos. No sabían que lo último que les pasaría allí abajo sería aburrirse.
—Repasemos el plan una vez más —dijo Rey420 en la cabina del DJ.
Rey era el dueño de El Bondi, un turro rubio, alto y seductor. Siempre estaba vestido con un tapado de piel azul y blanca que él decía que era un pelaje furro. También era uno de los mejores bailarines del barrio, se había hecho muy famoso en TikTok creando los pasos para bailar el RKT-AF. Ahora estaba parado frente a Chino, Leo y Eve.Cr, intentando comprender el motivo por el cual lo habían ido a buscar.
—Necesitamos que le enseñes la Danza Bien Piola de Invocación a Leo, así puede llamar a la Maleducada y que lo lleve al Barrio Furro, encontrar a su hermano, recuperar la camiseta de su padre y volver —repasó Eve.
—Sí —completó innecesariamente Leo, que solo quería formar parte de la conversación.
Rey lo miró de arriba a abajo. Observó sus gestos, sus articulaciones. Se detuvo en sus caderas. Finalmente sentenció:
—Parece medio duranga, no creo que pueda enseñarle.
Eve se acercó a Rey, hablándole al oído:
—Ya sé que es difícil, pero los furros están re atrevidos. No podemos permitir que nos zarpen así. Empieza con esto y no sabemos cómo termina. Dale, hacé un esfuerzo por mí.
Eve usó un golpe bajo. Sabía que era una de las pocas turras que Rey no había podido conquistar y eso le daba una ventaja en la negociación. El plan funcionó. Rey miró a Chino y a Leo y les dijo:
—Vengan y hagan caso —acto seguido desalojó la cabina de las turras ángeles del infierno y le pidió a DJ C-Cuencia que ponga la base turra mítica para la invocación: Butakera del Noba y la Joaqui.
—Paso uno —empezó—, no se hagan los lindos. Para hacer el baile bien piola, toda la concentración tiene que estar puesta en los pasos, no en la cara.
—¡Igual imposible que este se haga el lindo, ja! —dijo Leo señalando a Chino, que no se tomó muy bien la broma.
Eve se agarró la cara. Rey siguió como si no hubiese escuchado nada.
—Paso dos, relajen los hombros. El hombro es lo que va a marcar el ritmo de la invocación.
Chino y Leo hicieron un intento de relajar su cuerpo, y los hombros se movieron aproximadamente un milímetro hacia abajo.
Eve y Rey se miraron.
—Esto va a estar difícil —dijeron al mismo tiempo.
Rey siguió:
—Relájense más. ¡Suelten el hombro así! —Rey acompañó el consejo con una muestra de cómo deberían hacerlo, dejando fluir sus hombros al ritmo de la música, hacia los costados, hacia adelante, sin respetar ningún tipo de brújula, solo fluyendo.
Eve se encontró mirándolo con una sonrisa y cuando se dio cuenta volvió a su mueca firme de siempre. Chino y Leo hicieron un intento por copiarlo, pero parecían más dos transformers moviéndose en un ascensor que dos turros bailando piola.
Rey, que ya estaba poseído por el ritmo, siguió:
—¡Ahora el meneo, abajo! ¡Más abajo! —con una flexibilidad inhumana para su altura empezó a rebotar hasta el piso y arriba una y otra vez.
Ya ni le importaba la clase, había entrado en el trance. Chino y Leo hacían lo posible por seguirlo, pero no lo lograban.
—¡AHORA ESCUCHEN LA LETRA, LA LETRA! —Rey estaba sacado. Sonaba de fondo la parte en que La Joaqui canta "tu CR ronronea como gatita" una y otra vez. Los ojos de Rey empezaban a ponerse blancos, su cuerpo a levitar. Leo y Chino dejaron de bailar y se lo quedaron mirando.
Eve también, pero se rescató y les gritó:
—¡Sigan, gatos! ¡Bailen como si nadie los estuviese viendo!
Paradójicamente, alguien los estaba viendo. Desde adentro del caño de ventilación que pasaba por la cabina, Koi y Fiona miraban la escena. Hace rato habían escuchado el plan turro, pero no podían hablar entre ellos ni discutir cómo evitarlo. También tenían miedo de moverse demasiado y que el caño se ceda, así que estaban petrificados mirando la danza. Koi recordó en ese momento lo mal que bailaba Leo y le causó un poco de gracia.
Leo y Chino estaban en su peor momento, intentando emular y coordinar los pasos sin éxito. Cuando uno subía el otro bajaba, cuando uno giraba para la derecha el otro para la izquierda. El espectáculo era deplorable, así nunca iban a poder invocar a La Maleducada.
En pleno éxtasis del movimiento y ya tomado completamente por el ritual, Rey les gritó con una voz sobrenaturalmente gruesa:
—¡NO PAREN, GATOS!
Ese grito puso más nerviosos a Leo y Chino, quienes giraron rápidamente y por primera vez lograron coordinar un movimiento: un choque perfecto entre sus dos bocas, provocando un beso no solicitado del que se separaron automáticamente.
Koi en el caño no pudo contener la risa. Siempre había descansado a su hermano por su dureza al bailar, al contrario suyo que era un gran bailarín turro. Fiona lo miró y le dio un codazo para que se calle, pero el movimiento fue demasiado brusco e hizo que el caño cruja, moviendo una de sus uniones. Eve automáticamente subió la mirada. A pesar de la música ensordecedora, lo había escuchado. Koi y Fiona se miraron. Era momento de escapar. Suavemente intentaron moverse hacia atrás, pero avanzar en un caño es fácil, mas retroceder es sumamente difícil. La cola de Koi se enganchó en un tornillo flojo y lo terminó de sacar. El caño se desplomó y los dos cayeron en medio de la escena ante la sorpresa de todos. Koi levantó el rostro y vio algo que hacía mucho no veía: la cara de su hermano Leo observándolo en primer plano.
—Cambio de planes —dijo Leo.
Mientras tanto en las alcantarillas, Rust y Baal esperaban aburridos, sin tener idea de lo que sucedía arriba.
—¿Y si subimos? ¡Mirá si nos necesitan! —insistió Rust por quinta vez.
Baal, que era un poco más apegado a cumplir órdenes, esta vez cedió.
—Están tardando mucho… creo que deberíamos subir —dijo con su voz gruesa.
Rust hizo un gesto de festejo.
Justo en ese momento, el débil foquito eléctrico que iluminaba la subida empezó a titilar, cada segundo haciendo más ruido. De golpe, explotó. Pero el lugar seguía iluminado. Esta vez la luz no venía del foco, venía de los ojos de ElRaydenn, que avanzaba directo hacia los intrusos.
Dejanos tus respuestas en los comentarios, leemos todos!
Eve CR abre la puerta de una patada y se comunica a los golpes. ¿Creen que esa actitud es necesaria para sobrevivir en el Barrio Turro o simplemente le gusta el drama?
ElRaydenn pagó un precio alto por su poder: se quedó mudo para siempre a cambio de controlar la electricidad. ¿Ustedes aceptarían ese trato? ¿Perder la voz a cambio de un superpoder?
El texto describe a los turros en la pista como "poseídos" por la música de DJ C-Cuencia. ¿Creen que es solo una metáfora o que el RKT-AF tiene algún componente mágico real para mantener a la tropa en trance de batalla?
Recuerden que pueden enviar sus dibujos, ideas y teorías a fanart.turrosvsfurros@gmail.com
Leemos todo!



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